El camino del encuentro by Diana Palmer

El camino del encuentro by Diana Palmer

autor:Diana Palmer
La lengua: spa
Format: epub, mobi
editor: Harlequin Ibérica
publicado: 2016-01-15T00:00:00+00:00


—Bueno, eso sí que ha sido una sorpresa —comentó Bodie cuando regresaron a la carretera que conducía hasta Jackson Hole.

—Sí, ¿verdad? —Cane sonrió—. La gente puede ser muy amable. Para serte sincero, cuando ese hombre que parecía una montaña se ha acercado a nosotros, no sabía qué pensar. Creía que pretendía comenzar una pelea.

—Yo también. Pero no he tenido miedo. En las peleas te las arreglas bastante bien.

—Sí, yo y mi único brazo.

—Deja eso ya —musitó Bodie, fulminándole con la mirada—. Has perdido una mano, sí, pero eso no te hace menos hombre. Cuando las cosas se ponen difíciles, apostaría por ti antes que por cualquier otro en una pelea.

Cane la miró sorprendido.

—¿De verdad?

—Por supuesto.

Cane cambió de postura tras el volante. Alzó la barbilla. Bodie no lo sabía, pero él se había puesto inmediatamente a la defensiva al pensar que el otro hombre estaba insinuando que no podría protegerla. En aquel momento se sentía mucho mejor. Ya no tenía ninguna duda sobre su capacidad para cuidar de ella. Aquello le hizo sentirse hasta más alto.

—Siento mucho lo que te pasó —dijo Bodie con delicadeza—. Sé que no te gusta hablar sobre ello, pero fuiste muy valiente. No conozco a nadie capaz de hacer un sacrificio como el tuyo para salvar las vidas de otros. Bueno, a lo mejor, tus hermanos —se corrigió—. Pero la cuestión es que te comportaste como un bombero cuando se mete en un edificio para salvar a un niño —miró su duro rostro y desvió de nuevo la mirada—. Creo que eres la persona más valiente que he conocido nunca.

Cane se sonrojó. Ni siquiera fue capaz de contestar.

—Vaya, ¿he vuelto a meter la pata? —preguntó Bodie con un gesto de contrariedad—. ¡Parece que soy incapaz de encontrar las palabras adecuadas...!

—Creo que has encontrado las palabras exactas —pisó el freno ante la señal de stop de una intersección—. A mí también me cuesta expresarme. Estoy siempre a la defensiva. Cuando ese camionero ha dicho que él se encargaría de la situación si volvían a meterse contigo, ha herido mi orgullo —soltó una carcajada que no pareció sincera—. Pero, de pronto, me he dado cuenta de que él no sabía que me faltaba parte del brazo. Este cacharro parece bastante real —señaló hacia el brazo izquierdo, que la prótesis hacía parecer completo.

—A veces te ofendes cuando la gente no pretende hacerte ningún daño.

—¿Cómo esa mujer del hotel? —preguntó Cane, endureciendo la expresión.

Miró hacia ambos lados de la carretera y pisó el acelerador.

Bodie permaneció en silencio.

—¿Qué pasa? —la urgió Cane.

—No pensaba que fueras de esa clase de hombres —respondió ella muy tensa.

—¿A qué clase de hombres te refieres?

—A la clase de hombre que se dedica a ligar con la primera chica que encuentra —respondió con voz queda—. Sí, ya sé que vivo en la ignorancia. Pero me parece una imprudencia. Tú no sabes nada de las chicas que conoces de esa manera.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.